Eres joven, y con tus amigas,
cada vez que veis un chico guapo,
reís fantaseando sobre quién será
la afortunada que se case con él.
Eres frágil y sensible, tímido, pero
delante de tus amigos
intentas demostrar lo contrario.
Cada vez que, con ellos,
veis una chica guapa, dices rápidamente
que no te interesa.
Pero tu corazón
sabe que mientes.
Una tarde, en la salida del cine, una mirada fugaz,
no os conocéis,
pero es un amor directo.
De la mano, transcurrís juntos vuestra juventud.
Todavía de la mano, os prometéis
delante de Dios, amaros y respetaros
durante todos los días de vuestra vida. Esposos.
De la mano enseñáis a los hijos, entre alegrías y dificultades,
pero siempre en el amor. Esposos.
De la mano, acunáis a los nietos;
la vida continúa. Esposos.
De la mano, cerráis juntos los ojos por última vez,
antes de reabrirlos delante del Creador.
De la mano… ¡Esposos!